Libertad a la mesa



- Nos hicieron creer que éramos libres, Fabián. Y eso es lo más trágico, creer que tenemos la sartén por el mango y nos estamos quemando en frente de nuestras narices. Me da hasta un poquito de risa. ¿De qué vamos a ser libres? ¡Por favor! Mires donde mires estamos atados a algo; si no es una cosa es una persona, y si no es la cultura es el instinto animal. La vida que llevamos nos esclaviza: le rendimos cuentas todo el tiempo a la ética, a la moral, al sentido común, ¡a las leyes!. No podemos hacer cualquier cosa que se nos dé la gana. Estamos siempre influenciados por la opinión de la gente y todo lo hacemos esperando a ver de qué lado cae la guillotina. Porque como vivimos en sociedad y no sabemos vivir de otra manera tenemos que pagarle con respeto y fidelidad. Yo entiendo lo de las reglas de convivencia y que en el fondo todos queremos ser aceptados porque nos da terror la soledad, pero a mi no me vengan con que somos libres. Libres las pelotas, Fabián -

- Un poco de razón tenés... pero de todas maneras estamos eligiendo vivir con esas pautas, y eso es libertad. ¿O no? -

- Lo elegimos porque no nos queda otra, porque es la única manera de sobrevivir. Sino nos comen vivos, nos matan literal. Tenemos que ser así o asá, consumir esto o aquello, saludar de tal o cual manera, andar por la calle con pantalones y respetar a la bandera que en realidad es un pedazo de tela con colores. Y es una mentira que repetimos de generación en generación. Cuando era chico mi viejo se rompía el alma laburando para que yo pueda vivir bien, se esclavizaba con tal de traer un poquito de felicidad a la mesa. “Vos cuando seas mayor estudiá, Mario. Así podés ser libre y hacer lo que quieras” me decía con los ojos vidriosos, y yo toda mi vida crecí creyendo en eso… en que quería encontrar la Libertad en algún rincón. Y pelié contra todo eh, no me iba a vencer el mundo a mí, me creía invencible. Pero después, tarde o temprano me di cuenta que era imposible. Esto que te digo, que no podemos ser nunca libres. ¿Te aburro con todo esto, no? -

- Para nada, me encanta escucharte -

- Yo creo que en el fondo nos da miedo la Libertad, ¿sabés?. Es más cómodo estar así, cómo te digo… “cobijado”. Por que así vivimos, calentitos bajo el manto de la sociedad, tratando de no cometer ninguna falta para que no nos deje a la intemperie como castigo. Es más fácil no tomar riesgos, y además ¿para qué?. La esclavitud es más un modo de supervivencia que una opción. Hasta del amor somos esclavos, qué irónico. Porque después de todo es lo único que le da sentido a nuestra vida, es como la droga que nos hace un poquito más soportable esta realidad de mierda. Dependemos de él. Es así -

- De todas maneras hay un error en la matrix. No todo en el amor es esclavitud -

- ¿Qué querés decir? -

- Que nadie me puede imponer a quién amar. Podrán juzgarme, cuestionarme, reprimirme todo lo que quieran pero en el fondo no hay yugo que me someta. El corazón es libre y elige por sí mismo. Y yo te elijo a vos, Mario. No hay vuelta que darle. Para eso sí somos valientes.

Comentarios

Entradas populares